Disclaimer: Esta columna es sobre la opinión personal del columnista sobre su voto en el Plebiscito del 25 de octubre. Por lo cual, cualquier ataque contra su postura, que no sea con argumentos plausibles o sea ofensivo, dará derecho al autor a censurar la respectiva intervención.


Querida audiencia:

Hoy es el último día de la campaña por el plebiscito que este domingo determinará la voluntad ciudadana de convocar o no a la elaboración de una nueva Constitución y el mecanismo para ello.

Como hasta ahora no había expresado mi opinión de manera directa, es que aprovecho estas últimas horas de propaganda legal para hacer pública mi opción por el Apruebo y la Convención Constitucional.

Desde aquel 18 de octubre hasta ahora, ha quedado claro que Chile quiere avanzar. Dejar atrás la democracia meramente formal, para establecer una democracia sustancial. Que aunque parchemos una y mil veces nuestro texto constitucional, su pecado original no puede ser borrado. Que es útil reflexionar y pensar el modelo de Estado, de gobierno, de sociedad, que queremos para nuestro futuro y el de nuestros descendientes. Que no es sólo una oportunidad de estar en la Historia, sino una necesidad.

Pero en esta oportunidad no sólo quiero exteriorizar mi apoyo a la opción positiva y a la convención 100% elegida, sino que expresar que el Apruebo es un deber ciudadano. Con todo respeto a quien defienda la opción contraria, creo que es hora de dejar de mirar para el lado y sentarnos a decidir y pensar en el país, pero en serio, de cara a la ciudadanía.

Es un deber Aprobar, porque no podemos actuar tirando la piedra y escondiendo la mano, o sea abusar del poder y esconderse tras la letra de una norma. Hemos sido un país que se ha creído legalista, pero apenas hemos sido formalistas, mas no un verdadero imperio del derecho.

Es un deber Aprobar, porque es hora de que todos nos miremos a la cara, sepamos nuestras congruencias y nuestras divergencias, en un ambiente equilibrado y sin trampas, cosa que hasta ahora ha sido difícil.

Es un deber Aprobar, porque es hora de dejar las caretas. Aunque la pandemia nos obligue al uso de mascarillas. Porque cada quien debe defender su modelo de casa, de país, de pensamiento, de familia, de expresión, pero entendiendo la diversidad de los mismos y la necesidad de que su coexistencia sea pacífica.

Es un deber Aprobar, para que la nivelación de la cancha sea real, y el partido cuente con reglas claras.

Es un deber Aprobar, porque no todos tuvimos igual suerte y aunque la libertad sea un derecho básico, sin equilibrio ni responsabilidad ni equidad se transforma en una selva de cemento donde sólo sobrevive el más fuerte.

Es un deber Aprobar, porque Chile ya creció, lo he visto a lo largo de estos años. 2006 y 2011 fueron avisos, la sociedad cambió, ya no somos ni queremos ser ese país pusilánime que vemos en nuestros libros de historia.

Es un deber Aprobar, porque aun cuando hayan lacras que mancillen el mensaje, éstas no respetan la decisión de una mayoría que cree en el avance pacífico de la democracia.

Es un deber Aprobar, porque necesitamos una democracia del siglo XXI, y no una constitución del siglo XX.

Es un deber Aprobar, para que la constitución no sea una trampa contra los intereses mayoritarios, sino una herramienta en su beneficio.

Es un deber Aprobar, porque es la Última Oportunidad que tenemos para reconciliar nuestras diferencias étnicas, culturales, sociales, antes de que se haga realidad el dicho «mejor solos que mal acompañados».

Y no, no pretendo convencer a los del Rechazo. Los respeto, como debe ser. Tienen tanto derecho a expresar su opinión como yo. Pero discrepo de que quieran mantener el statu quo y pretender “rechazar para reformar”, cuando no es claro si actuarán o no en consecuencia. Y no voy a intentar convencerlos porque, aun si ganara el Apruebo, tendrán todo el derecho de participar en las elecciones siguientes y en el proceso mismo de creación. 

¿Y por qué la Convención y no la Mixta? Más que un porqué (una decisión 100% ciudadana), debe ser un “para qué”. Para que nuestro Congreso no pierda el tiempo y trabaje en hacer un escenario tranquilo durante el tiempo de transición.

Para que, si desean, hagan reformas legales e incluso constitucionales que faciliten el tránsito a la nueva carta. Si lo desean, pueden ir desarmando la vieja constitución dándonos «probaditas» de lo nuevo que salga, como reformas constitucionales preparatorias.

Para que, por esta última vez, rediman los pecados en que caen de vez en cuando y hagan una buena gestión.

Para que sean un poder vigilante de la autoridad durante este tiempo, evitando que ésta quiera entorpecer la labor de los constituyentes.

Para que los constituyentes hagan su pega en paz, sin distraerse.

Por ello, llamo a votar:

─|─ APRUEBO

─|─ CONVENCIÓN CONSTITUCIONAL

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